Estas y otras situaciones similares significan : BAÑO.

Pero ¡cuidado!: bañar y asear un perro no es tarea fácil y puede resultar desastroso.  Incluso podría ser una mala experiencia para tu perro que no querrá volver a repetir.

La primera opción es llevarle a la peluquería canina de tu confianza y que sea un/a profesional quien se ocupe de ello. Pero si decides hacerlo tú,  aquí te ofrecemos algunos consejos para que la experiencia resulte lo más agradable posible, tanto para tu perro como para ti.

1. Escoge el lugar adecuado. Usar tu bañera es lo más habitual, pero si tienes un perro muy pequeño, puede resultarte más sencillo hacerlo en un barreño.
2. Antes de empezar con el baño, peinalo y cepíllalo, sobre todo si tiene el pelo largo. De esta forma eliminarás el pelo muerto y los nudos, que son más difíciles de manejar en seco que en mojado. Además, a muchos perros les encanta que les cepillen (de hecho para muchos representa un premio) y les ayuda a relajarse.
3. Ponte un delantal a ser posible impermeable o ropa vieja. Seguro que terminas empapado y tal vez sucio. 
4. Coloca una alfombrilla antideslizante en la bañera (sobre todo si tu perro es grande) para evitar resbalones, sobre todo al meterlo y sacarlo.
5. A los perros no les gusta el agua fría, pero si está demasiado caliente podrías quemarle. El agua debe ser siempre templada. El “perro va al agua, no el agua al perro”. No pongas el perro dentro de la bañera sin agua y abras la ducha teléfono para comenzar el baño. Primero llena la bañera. La cantidad de agua dependerá del tamaño de tu perro, pero tampoco llenes demasiado la bañera porque podría asustarse. El ruido del agua saliendo por el grifo también puede darle miedo. 
6. Coge a tu perro y mételo con cuidado en la bañera llena. Es probable que justo después de entrar en contacto con el agua trate de saltar y salirse de la bañera. Intenta tranquilizarlo pero mantente firme y no dejes que se escape.
7. Utiliza un recipiente o un vaso de plástico para echarle el agua por encima (también puedes usar la ducha, pero ten en cuenta lo dicho anteriormente sobre que a muchos perros les asusta). Debes estar preparado porque es muy probable que una vez mojado intente sacudirse el agua y lo ponga todo perdido (incluyéndote a ti).
8. Échate champú en las manos, disuélvelo con un poco de agua templada y distribúyelo por el cuerpo de tu perro. Después comienza a masajearlo al menos un par de minutos, asegurándote de que penetra a través del pelo y llega hasta la piel. Aclara este primer shampoo y pon un segundo shampoo sobre todo si hay mucha suciedad. Vuelve a aclarar, y esta vez de forma definitiva, esta segunda mano. Aclara bien con agua templada y asegúrate de que eliminas completamente cualquier resto de jabón.
9. Procura tener cuidado para que no le entre agua o champú en los ojos y las orejas. Un truco es poner dentro de los oídos unos algodones humedecidos con unas gotas de aceite de oliva para que no entre el agua en sus conductos auditivos. Una vez bañado el perro  ¡no olvides quitárselos!.
10. Sácalo de la bañera arropado con unas toallas que tengas guardadas específicamente para tu mascota (con cuidado para que ninguno de los dos os resbaléis)  y llévalo a la terraza o patio y allí deja que se sacuda el exceso de agua. Luego envuélvelo y seca el exceso de agua con otra toalla seca y caliente o si hace buen tiempo y hay sol déjalo secar al ambiente. También puedes usar un secador si a tu perro no le da miedo, pero ten cuidado de no quemarle por la elevada temperatura del aire del secador…. Hazlo siempre a 30 o 40 cms de distancia de su piel.
11. Dale un premio por haberse portado bien y, una vez esté seco, un cepillado final para que quede perfecto.

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